Imágenes, volúmenes y, además, palabras

23 noviembre, 2021

Imágenes, volúmenes y, además, palabras

23 noviembre, 2021

Cry Macho (Clint Eastwood, 2021)

Cry Macho (Clint Eastwood, 2021)

Si atendemos, como tantas otras veces, a la información que aparece en el diccionario de la Real Academia, la definición de la palabra crepúsculo, en sus acepciones 1 y 3, sería la siguiente: Del lat. crepuscŭlum. 1 m. Claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el sol, y desde que este se pone hasta que es de noche. 3. m. Fase declinante que precede al final de algo. El crepúsculo del verano, de la vida.

Si, ahora, trasladamos este mismo concepto al género del wéstern, tan manido (3. adj. Dicho de un asunto o de un tema: Muy trillado) y baqueteado (1. tr. Golpear reiteradamente algo o a alguien), fue el realizador californiano David Samuel Peckinpah (1925-1984) quien, con sus películas, terminó por esculpir sobre las losetas que pavimentan la singladura histórica del séptimo arte el término “wéstern crepuscular”, con la ayuda, claro está, de Amos Dundee, Pat Garrett y Pike Bishop.

Manteniendo una clara relación con buena parte de la simbología propia del lejano y legendario Oeste, la vida de Mike Milo también ha llegado a su crepúsculo, pero sin la aureola ni el bagaje heroico de los personajes del realizador nacido en la ciudad de Fresno. El mismo que transformara la violencia derramada en sus películas en una suerte de redención liberadora para quienes habían llegado al final de sus días.

No, la vida de Mike Milo está esculpida sobre las mismas cicatrices físicas que ahora envuelven su ajado cuerpo, fruto de las coces “físicas” que ha recibido por parte de los animales que domó y/o montó a lo largo de todos sus años. Formaba parte del circuito de rodeos que se desarrollan a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América. Además, otras coces son las que la vida le ha ido propinando, aunque sin ningún final explosivo ni nada por el estilo.

Quizás por eso, y teniendo en cuenta que muchas de aquellas “coces” existenciales se saldaron con la pérdida de un ser querido, Mike Milo hizo buena su promesa a quien fuera su jefe y amigo, Howard Polk, de ayudarle cuando las circunstancias así lo requirieran. Por ello, aceptó el encargo de ir a buscar al hijo de este, Rafael, un joven criado por una madre más empeñada en mantener vivo su círculo de amistades y su privilegiada posición social en una tierra de desheredados, los Estados Unidos Mexicanos, que en educar a Rafo, el adolescente en cuestión, como debiera. Además, el problema de la progenitora es que esta valora todo en términos de propiedad y/o pertenencia personal. Ella considera que Rafo solo es “algo” que le pertenece, independientemente del caso que le haga o no. Para eso tiene a sus… “ayudantes”, quienes velan que todo siga donde debe.

Con un encargo tan envenenado como este, desde su misma concepción, algo que no se le debió pasar por alto al veterano cowboy, hubiera sido lógico que Mike Milo hubiese desistido de su empeño y, entre las brumas de su edad y los achaques que la rodean, tratar de convencer al instigador de toda aquella charada de lo fútil de su empeño. Otro quizás lo habría hecho, pero quien fuera toda una estrella dentro del polvoriento circuito donde desarrolló su carrera tenía por consigna personal no bajarse del caballo hasta que este estuviera domado. Y, según esa máxima, el veterano jinete prefirió no cesar en su empeño, por mucho que el “músculo” a las órdenes de Leta, la madre de Rafo, quisiera convencerle de lo contrario.

Ni que decir tiene que una vez que Mike Milo se encontró con el díscolo joven -empeñado en hacer carrera en las descarnadas y sangrientas peleas de gallos con un ejemplar llamado Macho-, las cosas no discurrieron, en un principio, como fuera de desear. Dicho esto, Mike Milo jugó la carta del prometedor futuro que el progenitor de Rafo le ofrecía, al otro lado de la frontera. Rafo aceptó la oferta, sobre todo, ante la perspectiva de vivir en un lugar lleno de caballos de montar y otros lujos, al alcance de unos pocos privilegiados.

Lo cierto es que la posibilidad de abandonar un territorio en el que los tentáculos de su madre se extendían cual pesado y asfixiante manto representaban el principal aliciente para Rafo, un joven curtido en la soledad y la frialdad de la calle, pero que, como cualquier ser humano, anhelaba contacto personal y familiar.  

Lo que no podía saber Rafo es que su padre terminaría siendo una copia de su madre, aumentada y corregida, pero la presencia de Mike Milo, un hombre sin los dobleces existenciales ni las imposiciones físicas a las que estaba acostumbrado el adolescente, desequilibraron más la balanza que la perspectiva de una “vida mejor” al otro lado del Río Grande.

El problema es que toda decisión acarrea unas consecuencias. Nada más comenzar, ambos implicados se verán sacudidos por las imposiciones de un mundo demasiado tintado de ese pesado pigmento gris que, día tras día, sin importar el lugar del mundo en el que te encuentres, te condiciona y te domina cuando decides asumir las riendas de tu propia vida.

Esto, por otro lado, tampoco supone un impedimento para que, en tu camino, te encuentres con personas y/o situaciones que te ayuden a recuperar la fe en el ser humano, tal y como le sucede a Mike Milo cuando se cruza en el camino de Marta. Ella es esa compañera con la que cabalgar hacia el crepúsculo sin importar lo que encuentres allí y, además, sin necesidad de ninguno de los excesos que el ser humano gusta de asumir cuando cree que ya no tiene nada que demostrar, ni a nadie a quien rendirle cuentas.

De alguna manera, Marta les enseñará a la pareja de “fugitivos” que todavía existe la esperanza en un mundo como el nuestro, si quieren, una segunda oportunidad, y, cuando esto sucede, las dudas que les han rodeado desde que ambos se embarcaron en esta aventura desaparecen para dejar libre un camino que, cada uno, recorrerá según sus exigencias vitales.

A Rafo aún le quedan muchas páginas por escribir. Para Mike Milo, queda emprender el camino hacia el crepúsculo y no hacerse ninguna de las preguntas, la mayoría de ellas inútiles, que nos pasamos la vida formulándonos los seres humanos para, luego, darnos cuenta de que no necesitamos ninguna de las respuestas que podamos recibir para poder disfrutar de nuestra vida.

Mike Milo ya dejó de hacerse esas preguntas. Clint Eastwood dejó de hacer películas para contentar a nadie, aunque, el día que ya no las haga, lo echaremos mucho de menos.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2021.

© 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

Imagen 1: Mike Milo (Clint Eastwood) en una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 2: Howard Polk (Dwight Yoakam) en una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021

Imagen 3: Mike Milo (Clint Eastwood); Rafael «Rafo» Polk (Eduardo Minett) y el gallo “Macho” una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 4: Mike Milo (Clint Eastwood) y Marta (Natalia Traven) una imagen de la película Cry Macho© 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 5: Mike Milo (Clint Eastwood) y Rafael «Rafo» Polk (Eduardo Minett) una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 6: Rafael «Rafo» Polk (Eduardo Minett) una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 7: Eduardo Minett (Rafael «Rafo» Polk); Natalia Traven (Marta) y Clint Eastwood (Mike Milo) en una pausa durante el rodaje de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

Imagen 8: Marta (Natalia Traven) una imagen de la película Cry Macho © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved. Photo credit: Claire Folger © 2021.

Imagen 9: El director, Eastwood, trabajando detrás de la cámara © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

Cartel del estreno de la película en Finlandia. © 2021 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

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