Los párrafos que leerán a continuación de esta suerte de prólogo se escribieron hace una década y en un medio de comunicación que, salvo en contadas ocasiones, nunca le dedicó la más mínima atención al noveno arte, un comportamiento del que suelen hacer gala la mayoría de los medios de comunicación de masas de nuestro país.
Por ello, ignoro si la persona a la que iban dedicados dichos párrafos, el crítico, estudioso y divulgador de la denostada disciplina artística, Manuel Darias, llegó siquiera a leerlos, en el momento de su publicación.
Sea como fuere y una década después de escribir aquella reseña, la página dedicada a los tebeos que el escritor comenzó a “defender” cinco décadas atrás celebra sus bodas de oro y, aunque sé que me repito, sigo pensando que lograr una hazaña de estas características debería ocupar un lugar juntos a las gestas de Heracles y sus míticas e imposibles “pruebas”.
Nunca se borrarán de mi mente sus palabras de felicitación y agradecimiento, veinte años atrás, cuando terminé de impartir una charla dedicada al vecino arácnido, en el entonces Salón de Cómic de Santa Cruz de Tenerife del año 2002. Lo mejor de todo es que yo NO sabía quién era aquella persona que acababa de alabar mi trabajo… Tuvo que ser el director del evento quien me pusiera al tanto de la personalidad y de la impronta de mi “admirador” en cuestión.
Ahora, nuestra relación discurre por senderos bien delimitados y, en algunas ocasiones, de forma paralela, pero mi admiración por su trabajo no ha cesado en todos estos años, independientemente de que admita, sin ningún pudor, que NUNCA lograré siquiera acercarme a lo que Manuel Darias ha logrado, por razones que sería muy embarazoso confesarles.
¿Algo más que decir? ¡Pues mi más sincera enhorabuena, Don Manuel Darias! Esperamos poder celebrar tus “bodas de diamante profesionales”, dentro de una década.
Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2023
Un aniversario es, por definición, un momento en el que tanto se puede felicitar como hacer un recuento de lo hecho hasta ese mismo instante. Esta frase cobra mayor sentido, por lo menos bajo mi punto de vista, cuando el aniversario en cuestión tiene que ver con algo que sigue sin ocupar el lugar que le corresponde dentro del imaginario cultural de nuestro país. Me estoy refiriendo al considerado noveno arte, el cómic, el tebeo, el colorín o cualquier otra definición que se le quiera dar a una historia contada mediante el uso del lenguaje secuencial.
La verdad es que, si celebrar el cuarenta aniversario en cualquier disciplina es algo más que encomiable, llegar a celebrarlo al frente de una página semanal dedicada al mundo del cómic, casi que se me antoja una hazaña sin parangón en un país como el nuestro, más dado a las acciones puntuales que a un análisis continuo de lo que es en realidad el noveno arte y su impronta en nuestra sociedad, por mucho que les pese a buena parte de la ciudadanía de pie.
La carrera profesional de Manuel Enrique Darias Darias como divulgador de esta disciplina artística es uno de los mejores y más válidos ejemplos de cómo se deberían tratar los tebeos, sus creadores y la industria que pulula a su alrededor, en un país que pasó de publicar millones de ejemplares semanalmente a, literalmente, tirarlos en el cajón del olvido. Afortunadamente para todos aquellos que han podido disfrutar con el trabajo de este magnífico divulgador cultural, este no ha cesado en su empeño de contar todo aquello que mereciera la pena de ser tratado en el mundo gráfico, ya fuera de creación nacional o internacional.
Además, su labor no se ha limitado a la escritura, sino que, también, fue el responsable de la organización de los primeros salones internacionales de cómic de Santa Cruz de Tenerife (1993-1995), un testigo que, luego, recogieron distintas personas hasta que el organismo de quien dependía decidió prescindir de él sin causa justificada, años antes de la crisis económica en la que estamos inmersos.
Sea como fuere, Manuel Darias, premio del Salón del Cómic de Barcelona a toda una labor de divulgación en el año 2008, ha logrado, tras estos cuarenta años de carrera profesional, convertirse en un auténtico referente cuando se habla de la divulgación del noveno arte y sin necesidad de exhibir los vistosos e innecesarios plumajes -y buena parte de la intransigencia- que demuestran otros compañeros de profesión.
Dicho todo, tan solo me queda lo siguiente por añadir: ¡Mi más sincera enhorabuena, Don Manuel Darias! Esperamos poder celebrar tus “bodas de oro” profesionales, dentro de una década.
Muchas gracias por todo y un fuerte abrazo.
Reseña publicada en el enero del año 2013 en el blog Cómics y algo más del periódico digital www.eldiario.es/canariasahora.es/