Imágenes, volúmenes y, además, palabras

16 marzo, 2021

Imágenes, volúmenes y, además, palabras

16 marzo, 2021

HALLOWEEN (John Carpenter, 1978)

HALLOWEEN (John Carpenter, 1978)

Una vez que comencé a recorrer el camino de las baldosas carmesíes, aquellas tintadas por la sangre de las víctimas cinematográficas que el cine de género ha ido esparciendo por los confines del mundo allá donde este ha llegado, aprendí que había una suerte de trilogía sagrada que todo buen seguidor del género fantástico-terrorífico debía conocer, estudiar y entender.  

Dicha trilogía estaba compuesta por Night of the living Dead (1968), dirigida por George Andrew Romero (1940-2017); The Texas Chain Saw Massacre (1974), responsabilidad del realizador Willard Tobe Hooper (1943-2017); y Halloween (1978), escrita y dirigida por John Howard Carpenter (1948-). Todavía hoy, décadas después, se las sigue considerando tres de las películas más importantes del cine de género contemporáneo.

Personalmente me quedo con la primera, una de las mejores películas de zombis jamás rodadas, y con la tercera, aquella que transformó la noche de Halloween en algo más que en una larga caminata para ir en búsqueda de golosinas y luego empacharse a ver películas de terror de la década de los años cincuenta del pasado siglo XX en la televisión. La segunda, obra completa del desaparecido creador tejano -casi se diría que como un documental de los que ahora se graban con un teléfono, con dudosos resultados en la mayoría de los casos- nunca me ha terminado de gustar, en parte por la pegajosa y desasosegante atmósfera que destila la película y en parte por el personaje principal -el celebérrimo Leatherface-, demasiado grotesco, visceral y carente de ese sentido del humor tan venenoso e inimitable del que hace gala el sociópata de Freddy Krueger. Técnicamente es prodigiosa, eso sí, pero a nivel estilístico no posee el embrujo que, para mí, siempre han tenido las películas rodadas por George A. Romero y John Carpenter, respectivamente.

Después está el poso de realidad que todas ellas tienen, sobre todo Halloween, dado que, hasta que no se cumpla lo escrito en el Apocalipsis de San Juan -y veamos cabalgando a los Cuatro Jinetes que anuncian el final de los tiempos, junto a la ramera de Babilonia mientras de fondo suenan las Trompetas del Apocalipsis-, no tendremos la oportunidad de ver cómo los muertos se levantan de sus tumbas, tal y como se ve en Night of the living Dead.

Con Halloween, titulada en un primer estadio de producción The babysitter murders, la cosa cambia, dado que, por muy extremo que nos pueda parecer, Michael Myers es un personaje que puede vivir enfrente de nuestra casa o ser el vecino de al lado y, un día, perder la cordura, tal y como le sucede al personaje de la película. Esa falta de cordura reflejada en la cara de un niño de doce o trece años fue la que inspiró al director John Carpenter tras visitar una institución psiquiátrica cuando estaba en la universidad.

“Mientras estudiaba en la Western Kentucky University tenía una asignatura… Psicología o algo similar se llamaba y un día visitamos una institución mental estatal. Allí vimos a los pacientes más enfermos y, entre ellos, estaba este crío, que debía de tener unos 12 o 13 años, con aquella mirada…. Por eso le di al actor Donald Pleasence las líneas de diálogo que se ven en la película”.1

“Es ese niño esquizofrénico… Esa mirada, una mirada realmente demoníaca. Es probablemente lo más terrorífico que he visto nunca, porque era un extraño y porque estaba totalmente loco.”2

Luego, basta con sumar un escenario real y fácil de reconocer, Haddonfield, IL, una de las muchas ciudades que jalonan la geografía de los Estados Unidos de América, y unos personajes igualmente fáciles de reconocer -un grupo de adolescentes y un sheriff de pueblo-, más un doctor empeñado en desentrañar los misterios de la psique humana, y la receta está lista. Incluso la pálida e inexpresiva máscara que porta el desmedido asesino se podía encontrar en cualquier tienda de los Estados Unidos de América justo cuando John Carpenter y su equipo empezaron a rodar la película, dado que se trataba de una máscara que pretendía reproducir los rasgos faciales del actor William Shatner (1931-), conocido por su papel del capitán James T. Kirk en la serie Star Trek. Dicho esto, la máscara que Thomas Lee Wallace (1949-), director artístico de la producción, sometió a un “tratamiento especial” estaba basada en el personaje que el actor de origen canadiense interpretaba en la película The Devil’s Rain (1975), dirigida por el guionista y director británico Robert Fuest (1927-2012).3

Toda esta suma de sencillos y reconocibles elementos, además de la maestría del director por plasmar -con un realismo que termina por traspasar los límites físicos de la pantalla e invadir el patio de butacas del local donde se proyectaba la película- todas las acciones de un sociópata desmedido y sin ningún tipo de traba ni cortapisa que le impida dar rienda suelta a sus más depravados instintos asesinos, logran explicar cómo un producto modesto y de serie B llegó a transgredir las mismas bases del cine de género contemporáneo.4

Otro elemento igualmente importante es la música, compuesta por John Carpenter y los miembros de The Bowling Green Philharmonic Orchestra, Dan Wyman y Peter Bergren, amigos del director y que sin grandes alardes tecnológicos te lleva por los meandros sanguinolentos dejados por Michael Myers allí donde pisa y no te deja tan siquiera cerrar mucho tiempo los ojos.5

Es precisamente en la economía de recursos estilísticos donde reside la maestría y el acierto de John Carpenter. De esta forma nos demuestra que menos es más por mucho que luego toda una legión de imitadores -encabezados por el carnicero Jason Voorhees y su progenitora, la cocinera psicótica y demente del campamento Crystal Lake (Friday the 13th, 1980)- se empeñaran ambos en desmentirlo secuela tras secuela. Michael Myers repite una y otra vez el asesinato de su hermana Judith, que él mismo cometió quince años atrás cuando solamente era un niño. Y tras lograr escapar de la institución psiquiátrica en la que ha estado encerrado, su único interés es continuar allí donde lo dejó, tras acuchillar a su hermana sin ninguna provocación previa.

La única que se interpondrá en su macabro camino será Laurie, personaje interpretado por una jovencísima Jamie Lee Curtis (1958-)6, quien, lejos de amilanarse por el afán sanguinario del demente joven, logrará hacerle frente hasta que el doctor Samuel Loomis, con el rostro y la impronta del gran Donald Henry Pleasence (1919-1995) desequilibre la balanza en este primer capítulo que para bien o para mal no fue el último de la ya larga saga.7

En cierta forma, el telón de este primer acto cae por culpa de una mujer, al igual que el relato dantesco y sanguinolento escrito por Michael Myers se empezó a escribir cuando aquel niño perturbado perdió la cordura al entrar en la habitación de su hermana, una joven cualquiera en una ciudad cualquiera y en un país cualquiera. Ni tan siquiera hace falta oír la música compuesta por John Carpenter para empezar a sentir escalofríos.

Notas:

1-. Las líneas de diálogo del actor Donald Pleasence en la película son las siguientes:  “I met him, 15 years ago. I was told there was nothing left, no reason, no conscience, no understanding in even the most rudimentary sense of life or death, of good or evil, right or wrong. I met this… six-year-old child with this blank, pale, emotionless face, and… the blackest eyes – the Devil’s eyes. I spent eight years trying to reach him, and then another seven trying to keep him locked up, because I realized that what was living behind that boy’s eyes was purely and simply… evil”.

2-. Smith, S. (Director). (2003). Halloween: A Cut Above the Rest [Motion picture on DVD]. United States: Anchor Bay Entertainment.

3-. Konow, D. (2017, October 31). The Making of John Carpenter’s Halloween. Retrieved from https://consequenceofsound.net/2017/10/the-making-of-john-carpenters-halloween/

4-. El presupuesto de la película fue de 325,000 dólares de la época, según las estimaciones de la productora Debra Hill (1950-2005). La recaudación final se estima en setenta millones de dólares.  https://www.the-numbers.com/movie/Halloween-(1978)#tab=summary

5-. La banda sonora se compuso en tan solo cuatro días.

6-. La actriz es hija de Janet Leigh (Jeanette Helen Morrison, 1927-2004), quien interpretó el papel de Marion Crane en la mítica película de Sir Alfred Joseph Hitchcock (1899-1980) Psycho (1960), razón por la que John Carpenter la contrató para la película.

7-. El actor británico no fue la primera elección para el personaje del psiquiatra empeñado en entender las motivaciones del joven Michael Myers. Antes que él, Peter Wilton Cushing (1913-1994) y Sir Christopher Frank Carandini Lee (1922-2015) tuvieron la oportunidad de optar por el papel, pero ambos decidieron no hacerlo.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2021

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