Si a mí me dijeran que tenía que adaptar una obra de William Shakespeare (1564-1616) a cualquier formato que no fuera el teatral, no les quepa la menor duda de que saldría corriendo en dirección contraria, sin mirar atrás. Con la edad uno es cada vez más consciente de sus limitaciones, y el respeto que me inspira cualquier obra del autor británico me llevaría a tomar una decisión tan drástica como esa.
No obstante, hay autores que parecen crecerse ante la adversidad y, cuanto más grande sea el reto, mejor parados parecen salir. Éste bien pudiera ser el caso del dúo formado por Josep María Polls I Borrell (1959-) y Jordi García Sempere (1963-), responsables de la versión gráfica de la obra teatral del autor británico Macbeth (The Tragedy of Macbeth, 1606-1607), publicada por Norma Editorial.
Macbeth es, además de una de las obras más famosas del escritor inglés, la tragedia en el sentido más puro de la palabra. Su historia, moldeada entre la vanidad, la ambición y la manipulación, desnuda cualquier pretensión por encontrar una justificación al comportamiento de los seres humanos, antes y ahora. La vileza que marca la trayectoria de este personaje bien pudiera explicar por qué nuestro mundo está como está, sumido, tal y como le ocurre a Macbeth, en las brumas de la desesperación y la ignominia.
Este ambiente tan plomizo, gris y desasosegante es la base de la obra gráfica, magníficamente resuelta por Jordi Sempere. Sus decorados, personajes y situaciones están teñidos por la humedad y la sangre que caracteriza a la obra original y todo ello está magníficamente coloreado por la paleta de Anna Ruíz.
Luego está el soporte literario de la obra gráfica, el cual parte del texto original, pero que, por necesidades de formato, ha sido reescrito por Josep María Polls. Esta transmutación, orquestada por la pluma y el intelecto del guionista, es la consecuencia lógica cuando se ha de adaptar una pieza de teatro al formato gráfico. Lo que ocurre es que una cosa es la teoría y otra, bien distinta, la práctica. En este caso, el resultado final no solo no atenta contra lo que escribiera en su momento William Shakespeare, sino que, gracias a los dibujos de Jordi Sempere, lo lleva hasta un estadio superior, amén de engrandecer el resultado final, por mucho que haya quien piense que cualquier traslación del trabajo del autor británico, fuera de los escenarios teatrales, supone una suerte de sacrilegio imperdonable…
Tal y como indica Jose Luis Munuera (1972-) en la introducción de esta obra gráfica, “los autores de este Macbeth han tomado decisiones creativas radicales y, de resultas, la adaptación tiene menos de adaptación que de creación. Partiendo de la base y de la estructura propuesta por Shakespeare, este Macbeth propone una lectura plástica propia, totalmente autónoma”. Yo, por mi parte, añadiría que esta versión de Macbeth ofrece un clásico de la literatura universal para el siglo en el que vivimos, y supone una magnífica forma de acercar la obra de Shakespeare a aquéllos que aún no la conozcan, por difícil que esto pueda sonar, dada la impronta del autor británico.
Una última cosa: también coincido con esta última afirmación de José Luis Munuera en cuanto a que el gran e inimitable George Orson Welles (1915-1985) habría disfrutado, y mucho, de esta adaptación gráfica. “Creo que el más célebre “traidor a Shakespeare”, Orson Welles, habría disfrutado con este tebeo. Tal vez lo esté haciendo, desde donde reposan sus huesos, reconociendo en Polls y Sempere a dos de los suyos.”
© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2015-2021
© Norma Editorial por la presente edición, 2021
© Jordi García Sempere por el dibujo, 2021
© José Luis Munuera por el texto de introducción, 2021
Macbeth (2013)
Polls/Sempere/Ruiz
Portada: Sempere/Ruiz