Imágenes, volúmenes y, además, palabras

2 abril, 2021

Imágenes, volúmenes y, además, palabras

2 abril, 2021

Nomadland

Nomadland

¿Se han parado a pensar si, de verdad, vivimos la vida que queremos vivir o sólo la que las circunstancias nos permiten? ¿Nos creemos, acaso, más “felices” estando atados a mil y un elementos innecesarios, amén de hipotecados, de por vida, con tal de tener un techo sobre nuestras cabezas y posesiones de las que luego presumir? ¿Quizás, sólo quizás, no habremos perdido parte de la libertad que tanto anhelamos con tal de aceptar unas reglas de juego que están amañadas por los mismos indeseables de siempre? 

Éstas son sólo algunas de las preguntas que se te vienen a la cabeza mientras acompañas en su singladura vital a Fern, una de esas personas que nunca se ha sentido ni conforme, ni contenta con las reglas del juego que siempre favorecen a los mismos, los que ni siquiera se paran a pensar en lo privilegiados que son, subidos como están en el pedestal desde donde controlan el destino de sus semejantes. Sí, esas “personas” que dirigen una o varias corporaciones.  

Un día como hoy mismo llegan a un lugar cualquiera de la geografía mundial -en el caso que nos ocupa, se trató de una pequeña población en el estado norteamericano de Nevada-. Entonces abren una fábrica/factoría/planta/explotación, llámenlo que como quieran y, luego de prometer lo que saben que no cumplirán, comienzan la desmedida explotación del territorio hasta que aquella tierra queda baldía y agotada, incapaz de ofrecer nada más. Una vez terminado el proceso, cierran las puertas de aquel “paraíso terrenal” y, al hacerlo, ni siquiera queda el código postal del lugar para poder recordar lo que antes supuso la esperanza de una vida mejor, más próspera y bajo un techo, para una legión de personas ahora desahuciadas.    

Éste también es el caso de Fern, quien, por una vez en su vida, aceptó jugar unas reglas que solamente funcionaron mientras los intereses económicos lo permitieron. Después, lo único que le quedó fue un almacén lleno de recuerdos, la mayoría de ellos inservibles, una destartalada camioneta y las infinitas arterias de asfalto que circundan un país que sigue sin aceptar las consecuencias derivadas de las actuaciones de unos pocos avariciosos conciudadanos.   

En realidad, Fern, como otros tantos personajes con los que se cruzará delante de nuestros ojos -Linda May, Swankie y Bob Wells, sólo por poner tres ejemplos de quienes han decidido, de una forma o de otra, vivir como la protagonista principal de esta historia; esto es, alejados de los condicionamientos derivados de nuestra sociedad-, es sólo una versión contemporánea del nómada que, durante siglos, recorrió el mundo conocido sin necesidad de nada más que lo que pudiera cargar a cuestas.   

Quizás, el mismo concepto de nómada1 suene anticuado, obsoleto y/o pasado de moda, más si se tiene en cuenta la enfermiza obsesión del ser humano por hipotecarse, a cualquier precio, con tal de asegurase un techo, sea de la calidad que sea… La principal consecuencia fue y sigue siendo una brutal crisis económica derivada de una insensata, demencial, torticera y malintencionada “burbuja inmobiliaria” que destruyó la vida y las esperanzas de millones de seres humanos. Para la mayoría de las personas, el fin, la hipoteca desmedida e insensata, justifica cualquier acción, frente al minimalismo de Fern y de quienes entienden que la vida es algo más que un escalafón social y económico, además de una vida de miseria con tal de mantener un estatus que, en el caso de la protagonista y de todos aquellos con los que se encuentra, no les compensa lo más mínimo.  

Fern no sólo es una nómada obligada en un momento de su vida y consecuente con sus circunstancias, en otro. Ella es, a su vez, quien acepta lo que nadie quiere aceptar luego de perder aquel espejismo en el que vivió, pretendiendo ser una persona que no era, por mucho que la casa en la que vivía y la existencia en la que se desenvolvía con la persona con la que se había comprometido le dijeran lo contrario.  

Fern es quien mete en una casa de cartón lo que compramos cuando no sabemos qué hacer, o no queremos relacionarnos con nuestros semejantes.  

Fern es quien recoge la fruta y la verdura que luego un intermediario especulador venderá a un precio muy superior al que pagó por ella.  

Fern es quien atiende la parrilla de cualquier local de comida “rápida”, quien limpia los servicios que luego los demás utilizamos y quien se lleva la basura que desechamos, sin ser nosotros conscientes del trabajo que supone y sin dispensarles el respecto que dichas personas se merecen.  

Fern es quien, a pesar del estado de su camioneta, se resiste a dejarla atrás, dado que es su casa, por extraño y/o demencial que nos pueda sonar.  

Fern sabe que la vida que lleva es todo menos sencilla, pero, de alguna u otra forma, termina por regresar a lo que mejor conoce, independientemente de lo duro, áspero e incómodo que pueda llegar a resultar. Para ella, el “sueño” nunca existió y, luego de perder lo poco que logró alcanzar, tampoco le costó tanto regresar a esa realidad que los demás parecen querer evitar a toda costa.  

Y Fern es quien antepone una forma de vivir, de entender la convivencia entre las personas y de valorarlas frente a la rigidez social de quienes hemos optado por todo lo contrario, tal y como, llegado el momento, le sucede a David, incapaz de seguir soportado el rigor y el sacrificio que supone vivir a la intemperie, luego de entender que su existencia está llegando a sus últimos estadios. Como todo en la existencia de los seres humanos, es una cuestión de elección y de sopesar qué es lo que de verdad importa y qué no. De ahí que Fern y David deban romper el delgado hilo que les ha mantenido unidos durante un breve y efímero espacio de tiempo.  

Fern es la protagonista de la película Nomadland, un trabajo conjunto entre la actriz Frances McDormand, responsable de dar la réplica al personaje en la pantalla, y de su socio Peter Spears, quienes, en el año 2017, compraron los derechos del libro NomadlandSurviving America in the 21st Century de Jessica Bruder2. La dirección corre a cargo de Chloé Zhao. Gracias al esfuerzo común y a la entrega de todos los implicados, el resultado resulta ser una radiografía de una sociedad, la nuestra, que cada día está olvidando más a las personas y cuáles son sus sueños, deseos y anhelos más profundos.  

En las notas de producción de su película, Chloé Zhao comentó lo siguiente:  

“La verdad es que estaba equipando una furgoneta, porque durante el rodaje de mis dos primeras películas había dormido muchísimas veces en mi Subaru, que no era nada cómodo. No tenía ni idea de que hubiera una comunidad tan grande de seguidores de este estilo de vida. Frances y Peter me dieron el libro de Jessica Bruder, lo leí y me di cuenta de que no sabía nada de este fenómeno. Luego, en el otoño de 2018, mientras rodábamos en Scottsbluff (Nebraska), me puse a ojear Desert Solitaire, un libro de Edward Abbey que me habían regalado en la carretera. Esta cita se me quedó grabada: 

Las personas van y vienen, las ciudades surgen y se destruyen, civilizaciones  enteras aparecen y desaparecen… pero la tierra permanece, cambiando  mínimamente. La tierra permanece, con su belleza desgarradora intacta aun sin  corazones que desgarrar. A veces me da por pensar, contra toda lógica, que la  humanidad es un sueño, que el pensamiento es un espejismo, y que solo las piedras  son reales. Las piedras y el sol”. 

Durante los siguientes cuatro meses fuimos coincidiendo con nómadas mientras viajábamos con el rodaje, y muchos coleccionaban piedras de los lugares por los que habían pasado, en sus hogares con ruedas propulsados por el sol. He vivido en ciudades de China e Inglaterra, y siempre me he sentido atraída por las posibilidades infinitas de la carretera, un concepto que me resulta intrínsecamente estadounidense. Con esta película he intentado captar la inmensidad de esas carreteras, aun sabiendo que es materialmente imposible describirlas, porque es una sensación que sólo se puede descubrir de primera mano.” 

Lo que sí nos queda claro, luego de ver Nomadland, es lo desigual, torticera e injusta que puede ser nuestra sociedad y cómo el planeta en el que vivimos está sometido a una explotación y a un descuido que terminará por pasarnos factura. Tampoco quiero decir que Fern tenga todas las respuestas, ni que esté siempre en lo cierto, pero ¿acaso nos hemos parado a pensar quiénes somos y a hacia dónde se mueve nuestra existencia? Vista como está la situación, y en medio de una pandemia mundial como la actual, bueno sería empezar a cambiar el discurso y no caer en los mismos errores del pasado.  

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2021.  

© 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films. 

Nota:  

1-. Nómada 

Del lat. nomas, -ădis, y éste del gr. νομάς, -άδος nomás, -ádos. 

1. adj. Dicho de un individuo, de una tribu, de un pueblo: Carente de un lugar estable para vivir y dedicado especialmente a la caza y al pastoreo. Apl. a pers., u. t. c. s. 

2. adj. Propio o característico de los nómadas. Cultura nómada. 

3. adj. Que está en constante viaje o desplazamiento. Familia nómada. Apl. a pers., u. t. c. s. Este periodista es un nómada. 

2-. En relación al libro, la directora declaró lo siguiente: “El libro es un trabajo de periodismo de investigación y cada capítulo trata un tema distinto. Una mitad del libro se centra en la vida nómada, y la otra es el resultado de una operación secreta: Jessica se infiltró en Amazon y trabajó en la cosecha de remolacha. Por su parte, la autora del libro contó, durante los primeros estadios de la producción, algunas de sus experiencias, mientras trabajaba en el borrador de su ensayo: A la hora de documentarme para escribir el libro, me sumergí en la vida cotidiana de mis protagonistas. Pasé unas semanas viviendo en una tienda de campaña, unos meses en una furgoneta. Se aprende muchísimo de esas experiencias. Al principio no tenía ni idea de cómo eran los nómadas, y me ha sorprendido muy gratamente la creatividad, determinación y generosidad con la que me he ido encontrando en la carretera, a menudo por parte de personas a las que la vida les ha dado muchos golpes.“ 

Bruder, J. (2018). Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century (1st ed.). W. W. Norton & Company. 

Imagen 1: Fern (Frances McDormand) en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 2: Fern (Frances McDormand) en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 3: Fern (Frances McDormand) y Dave (David Strathairn) en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 4: De Dcha., a Izda: Dave (David Strathairn) y Bob Wells en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 5: Fern (Frances McDormand) en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 6: Linda May en una imagen de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 7: La “casa rodante” de Fern en la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Imagen 8: La actriz Frances McDormand y la directora Chloé Zhao en una pausa de rodaje de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Cartel (B1) de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

Cartel (B2) de la película Nomadland © 2021 Cor Cordium Productions, Hear/Say Productions and Highwayman Films.

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