Imágenes, volúmenes y, además, palabras

10 septiembre, 2021

Imágenes, volúmenes y, además, palabras

10 septiembre, 2021

Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings (Destin Daniel Cretton, 2021)

Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings (Destin Daniel Cretton, 2021)

¿Qué me dirían si les dijera que existe un artefacto, diez artefactos, para ser más exactos, capaces de transformar a quien los posee en un ser inmortal, dotado de una fuerza sobrenatural? ¿He dicho artefactos?… Mejor los llamo anillos místicos, los cuales, en conjunción, convierten a su poseedor en un verdadero “ejército de un solo hombre”, inmune ante cualquier desaliento.

Y no, no se trata de un mito, sino de una realidad, la cual lleva tintando de sangre los libros de historia desde hace siglos y preocupando a cualquier maestro de las artes místicas que se precie, habite en la dimensión que habite.

Throughout my life, the Ten Rings gave our family power. If you want them to be yours one day, you have to show me you are strong enough to carry them.”

Imaginen, ahora, que el poseedor de dichos anillos, en plena búsqueda de una nueva fuente de poder, se cruza con una persona que procede de la no menos mística y poderosa aldea de Ta Lo… Entre los dos encuentran un equilibrio, impensable para quien, hasta ese momento, sólo se había dedicado a dar rienda suelta a sus excesos y a sus ansias de conquista para poder lograr atesorar todo el poder que se pusiera a su alcance, merced a los anillos que lucía.

Fruto de aquel encuentro, Xu Shang-Chi y Xu Xialing, sus hijos, pasarán a ocupar el tiempo y la atención de sus progenitores, aunque sólo sea por un exiguo periodo de tiempo. En la vida de seres tales como Xu Wenwu, el pasado es siempre una pesada carga y, por mucho que ya no porte los místicos anillos -y con ello hubiese pretendido dejar atrás todo lo anteriormente vivido-, quienes fueron sus enemigos están poco dispuestos a perdonar los agravios de quien, durante un tiempo, demasiado, se comportó como un mandarín déspota y excesivo.

Ese mismo pasado será el que llevará al joven Xu Shang-Chi a convertirse en el receptor del legado de su padre, en detrimento de su hermana Xu Xialing, mucho más capacitada para defender lo que Xu Wenwu quería conservar por medio de su hijo varón. El joven seguirá, sin levantar la voz, los dictados impuestos por el clan de guerreros creados por su padre y sufrirá los rigores de un duro entrenamiento, simbolizado en la figura del desmedido Death-Dealer, pilar sobre el que se sustenta la columna vertebral de la organización creada, siglos atrás, por Xu Wenwu.

Ni que decir tiene que dentro de Xu Shang-Chi, ya antes de la desaparición de su madre, Ying Li, se instalará una desasosegante lucha entre el bien y el mal, entre el yin y el yang, aquel en que se ven envueltas dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas, y que le obligará a tomar una decisión con la que deberá vivir el resto de su vida.

La decisión, su decisión, le supondrá perder cualquier relación con su hermana, a quien había prometido proteger y, de paso, convertirse en un apátrida, en un ser sin nombre y casi sin futuro, sólo conocido como Shaun, en un vano y constante intento por escapar de la alargada, retorcida y dañina sombra del desmedido de su padre.

 “I thought I could change my name, start a new life… but I could never escape his shadow.”

Sobra decir que, cuando se es hijo de Xu Wenwu, un día alguien tocará a tu puerta -o te asaltará en un autobús de línea cualquiera- y el precario equilibrio en el que te has estado moviendo se desestabilizará hasta hacerte perder cualquier posibilidad de encontrar un asidero en el que recobrar el aliento, situación que se hace extensible a quienes te rodean.

¿Entonces, qué opciones quedan?… Pocas, salvo la de luchar para salvar tu vida, para encontrar respuestas, para buscar ayuda y para saber cuál es la verdad que se escondía detrás de la figura de tu madre y del místico y legendario lugar de donde procedía, tal y como su tía Jiang Nan le explicó.

“You are a product of all who came before you, the legacy of your family. You are your mother. And whether you like it or not, you are also your father.”

Ahora es el momento de demostrarle a tu padre quién eres y de qué estás hecho, por mucho que él piense que eres un ser débil, incapaz de aceptar los deberes inherentes a tu linaje, nombre y posición. Ahora debes luchar para encontrar el perdón de tu hermana y para hacer lo que crees que es correcto. Luchar contra la tiranía impuesta en el mundo por aquellos diez anillos que terminaron por consumir el espíritu de tu padre y que pretenden hacer lo mismo contigo…  

Y luchar, porque eres Shang-Chi, The Master of Kung Fu, capaz de rebelarse tanto contra la tiranía impuesta por Xu Wenwu como por la dictada por el no menos megalómano y demencial Doctor Fu Manchu (una creación de Arthur Henry «Sarsfield» Ward “Sax Rohmer”, 1883-1959).1

El personaje de Shang-Chi (Steve Englehart & Jim Starlin, 1973) formó parte de aquel grupo surgido a la sombra de Bruce Lee y de la que fuera su última y más celebrada realización cinematográfica, Enter the Dragon (Robert Clouse, 17/19.08.1973), la cual cambió -por lo menos, en el mundo occidental- la forma en la que, hasta entonces, se habían considerado las artes marciales y no sólo en el séptimo arte.  

Junto a él se encontraban personajes tales como Luke Cage, “Power Man” (Archie Goodwin, George Tuska, Roy Thomas & John Romita Sr., 1972); Daniel Thomas «Danny» Rand-K’ai, Iron First (Roy Thomas, Gil Kane & Bill Everett, 1974); Lin Sun, Abe Brown y Robert Diamond, The Sons of the Tiger; (Gerry Conway & Dick Giordano, 1974); Héctor Ayala, The White Tiger (Bill Mantlo & George Pérez, 1975), y el dúo Colleen Wing & Misty Knight, Daughters of the Dragon (Chris Claremont & Marshall Rogers, 1977). Todos, de una forma o de otra, se desarrollaron y/o debutaron en las páginas de la cabecera The Deadly Hands of Kung Fu, sin duda una de las colecciones más emblemáticas cuando se habla de las artes marciales en el mundo del cómic.

Dicho esto, el personaje de Shang Chi se benefició, sobre manera, del genio y la increíble capacidad creativa del tándem Douglas Moench (1948-) y Paul Gulacy (1956-), quienes elevaron al personaje y al resto de integrantes de sus aventuras hasta un nivel impensable para una creación en teoría estacional y motivada por una de tantas modas generadas por la cultura popular contemporánea.

“Los “juegos de engaño y muerte” en los que se veía metido el protagonista eran como muñecas rusas, complots dentro de complots en excelentes guiones de Douglas Moench, donde John LeCarre se alternaba con Ian Fleming. Esta serie gráfica fue una de las colecciones más honestas, íntegras y con menos concesiones a la galería que se recuerdan. Un tebeo que no debería limitarse a permanecer en el recuerdo y ser reeditado para las nuevas generaciones de lectores.” 2

Es indudable que este mismo espíritu honesto e íntegro es el que impregna la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings (Destin Daniel Cretton, 1978-), vigésimo quinta propuesta cinematográfica del universo Marvel (Marvel Cinematic Universe). A pesar de todo, posee una personalidad propia, dentro de un entramado editorial gráfico previo, sustentado, desde hace décadas, por la Casa de las Ideas.

Sus máximos responsables no han dudado en bucear en las mismas raíces del cine oriental de artes marciales contemporáneo para llevar hasta la gran pantalla la historia del hijo del cuasi diabólico doctor Fu Manchu, quien, ahora, en esta versión cinematográfica, es el vástago del no menos infernal Xu Wenwu, auténtico alumno aventajado del literario personaje creado, a principios del siglo XX, por el británico Sax Rohmer.

Quizás por eso habrá quien no entienda la belleza plástica de muchas de las secuencias que conforman la narración, sobre todo en la que Xu Wenwu y Ying Li se encuentran por primera vez, mezcla de confrontación y danza ritual entre dos personajes que, al final, entrelazarán su vida, para sorpresa de quienes en ella participan.

Es cierto que contar con el tándem Tony Leung Chiu-wai (1962-) y Michelle Yeoh Choo-kheng (1962-) supone una base lo suficientemente sólida como para poder abordar un proyecto largamente comentado y que, al final, ha logrado cristalizar en una película que demuestra que lo que se creó cinco décadas atrás -y en un momento histórico y social bien distinto- puede evolucionar, adaptarse al momento actual y, además, no salir desvirtuada en el intento.

Hay que añadir que Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings no se olvida del universo en el que se mueve. De ahí que juegue con otros elementos y/o personajes del universo Marvel, o con acontecimientos que ayudaron a forjar la primera década del Marvel Cinematic Universe, independientemente de la relevación que éstos hayan podido tener en el futuro.

Por último y no por ello menos importante, debo comentar el trío conformado por Shang-Chi, su hermana Xu Xialing y Katy, la inseparable y única amiga de un joven héroe, ignorante, eso sí, del trazado que estaba recorriendo. Para todos ellos, las dudas, las incertidumbres y la pesada carga de ser quienes son, se disiparán al llegar a Ta Lo, un escenario en el que cada uno de ellos aceptará no sólo quién es, sino su papel en toda aquella tragedia, muy lejos ya de los excesos verbales demostrados por la ciertamente expansiva Katy mientras ella y Shang-Chi vivían en la ciudad de San Francisco.

No nos engañemos. Ésta es una historia de tintes trágicos, con regusto existencial y con la eterna lucha en la que siempre ha estado sumida la vida de Shang-Chi, la misma que nos lleva a los seres humanos a estar inmersos en esa pegajosa masa de grises en la que se desenvuelve nuestra existencia. La única diferencia es que Shang-Chi, al igual que otros tantos de sus compañeros de viaje, son seres dotados de una luz interior que los hace inmunes a los manejos de aquéllos como su padre Xu Wenwu, empeñados en llevar a la oscuridad a nuestro mundo, en contraposición a lo que su hijo y el legado de su madre pretenden lograr.

Esta nueva propuesta cinematográfica de la Casa de las Ideas desmiente el supuesto declive de un universo gráfico que, lejos de estar anclado en el momento en el que se creó, es capaz de desenvolverse en este siglo XXI con más soltura que cuando llegó a las estanterías de las librerías especializadas de la época.

La única incógnita que nos queda nos retrotrae al primer párrafo de este ensayo, y tiene que ver con los anillos místicos que portaba Xu Wenwu… ¿Alguien sabe de dónde proceden?

“The Ten Rings are stronger than anything in your universe.”

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2021

© 2021 Walt Disney Pictures, Marvel Studios and Fox Studios Australia.

Notas:

1-. La primera aparición del personaje fue en el año 1913, en la historia The Mystery of Dr. Fu-Manchu, la cual recibió el título de The Insidious Dr. Fu-Manchu en el mercado norteamericano.

2-. Díaz, L. (1997). Diccionario de Superhéroes (2nd ed., Vol. 1). Ediciones Glénat, S.L.

Xu Wenwu (Tony Leung Chiu-wai) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Wenwu (Tony Leung Chiu-wai) y Ying Lien (Fala Chen) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Wenwu (Tony Leung Chiu-wai) y Ying Lien (Fala Chen) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Xialing (Meng’er Zhang) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Katy Bashir (Awkwafina) y Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Xialing (Meng’er Zhang); Xu Shang-Chi (Simu Liu) y Katy Bashir (Awkwafina) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Xialing (Meng’er Zhang); Xu Shang-Chi (Simu Liu) y Katy Bashir (Awkwafina) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Shang-Chi (Simu Liu) y el dragón protector de La To, en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Wenwu (Tony Leung Chiu-wai) y Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Xu Shang-Chi (Simu Liu) en una imagen de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

Póster de la película Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings en su versión finlandesa © 2021 Marvel Studios. All Rights Reserved.

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